Bulto en la axila: posibles causas y qué hacer

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La axila es la cavidad que se forma en la parte inferior de la unión del brazo con el tórax o tronco. Esta zona es conocida por el crecimiento de vello que tiene lugar en ella y las cuestiones estéticas que conlleva, pero tiene múltiples funciones: contiene estructuras anatómicas (paquete vasculonervioso axilar, arteria axilar, vena axilar), produce y libera sudor para el mantenimiento de la temperatura corporal, otorga protección a nivel inmunitario por su alojamiento de ganglios linfáticos y más.

Debido a sus múltiples funciones, y sobre todo por la localización de ganglios linfáticos, la anatomía axilar se puede ver modificada ante ciertas patologías. En las siguientes líneas, se recogen las posibles causas por las que puede aparecer un bulto en la axila y sus abordajes. No todas ellas son serias, pero ante la aparición de este síntoma siempre se recomienda ponerse en manos de un profesional médico.

1. Lipoma

El lipoma ocupa un puesto casi siempre que se habla de bultos en la superficie del cuerpo. Los lipomas son tumores grasos que se localizan justo debajo de la piel. No son cancerígenos y casi siempre resultan inofensivos, aunque si ejercen presión sobre estructuras nerviosas pueden llegar a causar cierto dolor. A diferencia de otros muchos crecimientos, el lipoma es suave, pastoso al tacto y se desplaza al aplicarle un poco de presión.

Los lipomas pueden aparecer en prácticamente cualquier parte del cuerpo, incluida la axila. Aunque no se conoce exactamente la causa de este cuadro clínico, parece ser que hay cierta tendencia familiar, por lo que se sospecha un importante componente genético. No suele ser necesario tratar un lipoma a menos que suponga un problema estético o genere dolor.

2. Fibroadenoma

El fibroadenoma es un nódulo mamario sólido de tipo no canceroso. Estos crecimientos son más comunes en las personas entre los 15 y los 35 años de edad, aunque se pueden detectar en cualquier momento de la vida. Tal y como indican fuentes epidemiológicas, se estima que hasta el 10 % de la población con fisiología femenina desarrolla al menos un fibroadenoma a lo largo de su vida.

Los fibroadenomas también se pueden formar en el tejido mamario axilar, presentándose así en forma de un bulto en la axila. Al igual que los lipomas, estas formaciones no suelen requerir tratamiento. De todas formas, puede ser necesario extirpar un fibroadenoma si crece demasiado rápido.

3. Infección mamaria

Las infecciones en la mama en general están causadas por bacterias comunes en la superficie de la piel y el entorno, como es Staphylococcus aureus. Estos microorganismos ingresan a través de los pezones o lesiones abiertas y pueden proliferar de más, generando una serie de signos y síntomas característicos. Además del agrandamiento mamario, la picazón, el dolor y la secreción purulenta, una infección mamaria puede cursar con la inflamación de los ganglios linfáticos de la axila.

La inflamación del ganglio linfático axilar se puede traducir en la aparición de un bulto en la axila. El tratamiento depende del agente que ha causado la infección y en muchos casos requiere el consumo de antibióticos, pero no siempre.

4. Hidradenitis supurativa

La hidradenitis supurativa es una enfermedad de la piel de naturaleza crónica. Este cuadro provoca la aparición de protuberancias pequeñas y dolorosas por debajo de la piel, sobre todo en zonas de rozamiento continuo. Esto comprende las axilas, los glúteos, las mamas y la ingle. La hidradenitis se desarrolla cuando los folículos pilosos se obstruyen, aunque se desconoce la causa exacta de este evento.

El abordaje de esta condición depende mucho de su severidad y la sintomatología presentada. Comprende la aplicación de antibióticos por vía tópica, las inyecciones de esteroides, la terapia hormonal, los medicamentos biológicos, los retinoides y los analgésicos. La cirugía también se puede comprender en ciertos casos.

5. Cáncer de mama

Aunque no sea el motivo más común por el cual puede aparecer un bulto en la axila, siempre hay que tener en mente los procesos cancerígenos cuando se habla de crecimientos anormales en el cuerpo. Además, hay que tener en cuenta que el cáncer de mama es el tipo de neoplasia maligna más común en todo el mundo y que, por desgracia, 1 de cada 8 mujeres lo experimentarán en algún momento de su vida.

Más allá de la aparición de un bulto en la mama, desigualdad mamaria, dolor al tacto y secreciones anormales, la presencia de un bulto en la axila puede indicar que el cáncer de mama está comenzando a expandirse más allá del lugar de origen. Debido a que los ganglios linfáticos axilares están cerca de los senos, con asiduidad representan el primer lugar al que se propaga el cáncer de mama.

6. Linfoma

El término linfoma engloba a un grupo de cánceres que se originan en el sistema linfático, es decir, en los tejidos y órganos que almacenan, transportan y producen los glóbulos blancos que combaten las infecciones y otros cuadros clínicos. Por regla general, los linfomas se manifiestan en forma de ganglios linfáticos aumentados. Si estos están localizados en cuello, axilas o ingle, se pueden palpar y notar más grandes de lo normal. Por lo general, los ganglios agrandados no suelen ser dolorosos al tacto.

Existen diversos tipos de linfomas, pero sus signos y síntomas suelen incluir la aparición de bultos en las zonas mencionadas, fatiga persistente, fiebre, dificultad para respirar, sudoración nocturna, pérdida de peso involuntaria y picazón en la piel. La tasa general de supervivencia a 5 años del diagnóstico para las personas con linfoma no Hodgkin es del 72 %, aunque esta cifra es variable según muchos factores.

7. Otras posibles causas

En este espacio, se han citado en detalle 6 condiciones médicas que pueden provocar la aparición de un bulto en la axila. Aun así, existen muchas más que deben ser nombradas. Se adjuntan en el siguiente listado:

  • Reacciones alérgicas.
  • Reacción adversa a la aplicación de vacunas.
  • Leucemia.
  • Lupus eritematoso sistémico.
  • Quiste cutáneo.
  • Absceso.

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