Bulto en el pecho: 10 posibles causas

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El pecho o tórax, la sección del cuerpo humano que se extiende desde el cuello hasta el vientre, es una región anatómica de enorme importancia. En él se localizan los pulmones y el corazón, órganos necesarios para la vida. Aquí también se encuentra el esófago, las costillas, la pleura, el timo y diversos vasos sanguíneos y nervios. Muchas condiciones y enfermedades pueden afectar a la superficie o la parte interna del pecho, dando lugar a irregularidades que pueden ser (o no) observables a simple vista.

La aparición de un bulto en el pecho puede significar muchas cosas, desde un quiste benigno hasta un indicio de cáncer. En las siguientes líneas, se exponen 10 de las causas más comunes de este síntoma. De todas formas, se recuerda que toda la información expuesta es meramente informativa y este evento requiere evaluación médica en todos los casos.

1. Lipoma

Los lipomas son masas de grasa de desarrollo lento que, casi siempre, se localizan entre la piel y el músculo. Son crecimientos muy comunes y representan los tumores benignos de la pared torácica de los tejidos blandos más habituales. Se diferencian de otros bultos en el pecho en que por lo general no son dolorosos y se mueven por debajo de la epidermis al aplicar presión con los dedos.

En este punto, es necesario recalcar que los lipomas no son cancerosos y en la inmensa mayoría de los casos resultan inofensivos. Además, es posible que una persona presente más de un lipoma en distintas partes del cuerpo (o en grupo), pero en general no hay de qué preocuparse. Si supone una incomodidad a nivel estético o genera cualquier tipo de dolor, se puede extraer quirúrgicamente de forma sencilla.

2. Quiste

Un quiste es un bulto/saco que puede estar relleno de aire, líquido u otro material. Se puede formar en cualquier parte del cuerpo, lo que también incluye la región del pecho. Sin duda, el tipo de quiste más común en esta región anatómica es el mamario, sacos llenos de líquido que tienen su origen en las mamas.

Se estima que casi el 10 % de las mujeres desarrollarán un quiste mamario a lo largo de su vida, sobre todo entre los 30 y los 50 años. De todas formas, rara vez es maligno. La mayoría de quistes mamarios líquidos no requieren tratamiento y muchos desaparecen por sí solos. De todas formas, si hay sospechas pueden ser necesarias más pruebas de diagnóstico por imagen.

3. Fibroadenoma

Los fibroadenomas son nódulos mamarios sólidos no cancerosos. Este tipo de bulto en el pecho representa al tumor de mama benigno más común en mujeres menores de 30 años. Es más, constituye de forma aproximada el 50 % de todas las biopsias de mama, valor que se incrementa al 75 % para las biopsias en chicas menores de 20 años.

Se desconocen las causas exactas de la aparición de los fibroadenomas, pero podrían estar relacionados con los cambios hormonales durante el periodo menstrual. Al igual que los quistes mamarios, estos crecimientos no suelen necesitar tratamiento. De todas formas, si su desarrollo es muy rápido se puede recomendar una intervención quirúrgica.

4. Absceso

Los abscesos son cavidades en las que se produce la acumulación de pus. Estas formaciones pueden aparecer en casi cualquier parte del cuerpo, lo que incluye la región torácica. De todas formas, los abscesos en la pared torácica, producto de una infección, suelen aparecer en personas con el sistema inmunitario debilitado.

Diversos parásitos, bacterias, virus y agentes externos pueden provocar la aparición de un absceso. El tratamiento inicial consiste en el drenaje de pus de la zona, pero también se requieren fármacos y/o abordajes quirúrgicos para eliminar el elemento que lo ha provocado.

5. Hernia epigástrica

Dicho de forma rápida y sencilla, una hernia epigástrica es una parte del intestino que empuja hacia el exterior a través de los músculos situados entre el ombligo y el pecho, justo por debajo del esternón. Este cuadro clínico puede ocurrir cuando los tejidos de la pared abdominal no se “cierran” bien durante el desarrollo.

El síntoma principal de la hernia epigástrica es la aparición de un bulto en el pecho, en la zona del esternón. Este puede ser visible en todo momento o, en su defecto, aparecer al realizar ciertas actividades (como toser, estornudar o reír). La hernia no desaparece por sí sola y conlleva complicaciones si no se trata, así que se requiere cirugía para tratarla.

6. Adenosis esclerosante

La adenosis esclerosante es una afección benigna, no cancerosa, en la que los lobulillos de la mama están distorsionados por un tejido de apariencia cicatricial. Dichos lobulillos mamarios pueden ser más grande de lo normal, lo que hace que el cuadro se pueda manifestar como un bulto en el pecho que se siente al tacto.

No es un cuadro de naturaleza maligna, pero sí se sospecha que puede aumentar ligeramente el riesgo de padecer cáncer de mama. De todas formas, se trata de un cuadro que no suele requerir tratamiento.

7. Fractura de esternón

Las fracturas del esternón son poco frecuentes, pero a menudo graves porque suelen comprometer la zona del corazón. Pueden provocar inestabilidad de la caja torácica y requerir una fijación urgente. Este tipo de fracturas suelen ocurrir por lesiones de tipo aplastamiento o por un golpe directo al tórax. Si se producen daños cardiacos o pulmonares de forma accesoria, el cuadro puede complicarse mucho.

8. Necrosis grasa

La necrosis grasa ocurre cuando el tejido adiposo de la mama (u otros órganos) se ve dañado por una cirugía, radioterapia o lesión. En general, cuando se produce un daño tisular el cuerpo reemplaza la zona por un tejido cicatricial firme, pero a veces las células adiposas se mueren y liberan el contenido de su interior. Así, se forma un bulto en el pecho de líquido graso conocido como quiste oleoso.

Si la necrosis grasa es limitada y no genera malestar, se puede optar por un tratamiento conservador. Si no desaparece y/o aumenta en tamaño, se plantea la extracción quirúrgica.

9. Hematoma

Los hematomas son masas de sangre que pueden ocurrir por lesiones, traumatismos y ciertos procedimientos quirúrgicos. Dependiendo de su naturaleza, se puede tomar un enfoque conservador o aplicar un drenaje.

10. Cáncer

El cáncer siempre tiene que formar parte de cualquier lista a la hora de hablar de bultos, ya sea en el pecho o en cualquier otra parte del cuerpo. El cáncer de mama puede provocar la aparición de bultos en cualquiera de las mamas, el cáncer de hígado puede provocar la aparición de una masa en el lado derecho del tórax, en la parte baja de las costillas, y el linfoma de Hodgkin puede provocar inflamación de los ganglios linfáticos del cuerpo, incluyendo los de la región torácica.

De todas formas, y como apunte final de este espacio, es necesario destacar que rara vez un bulto en el pecho es síntoma de cáncer. Ante este cambio se requiere siempre asistencia médica y pruebas diagnósticas, pero no es necesario alarmarse antes de tiempo.

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